Ingrediente natural altamente nutritivo, conocido por sus excepcionales propiedades hidratantes y protectoras. Actúa como una barrera que recubre la piel con una película invisible, evitando la pérdida de hidratación y protegiéndola de agresiones externas como el sol, el viento o los cambios bruscos de temperatura.
Es especialmente eficaz en la regeneración de la piel, ayudando a calmar y restaurar la piel irritada, aliviando la inflamación y la sequedad. Además, su rica composición en vitaminas A, E y F la convierte en un potente agente antiedad, promoviendo la elasticidad, firmeza y suavidad de la piel, a la vez que reduce la aparición de líneas finas y arrugas. La manteca de karité es ideal para mantener la piel suave, nutrida y protegida durante todo el día.